lunes, 17 de noviembre de 2014

Antes de la feliz noticia

Bueno en este post quiero resumir la historia de dos años esperando la feliz noticia.
Todo comenzó el día en que mi marido dijo la genial frase "podríamos empezar a intentarlo" y yo en plan "por fin se ha decidido" claro que pensamos que todo seria mucho mas fácil y aunque ambos trabajábamos mucho lo intentamos con todas nuestras ganas (demasiadas ganas), después de 6 meses pensamos que algo no iba bien ¡aun somos jóvenes! y decidimos visitar al ginecólogo para unas pruebas de fertilidad.

Las pruebas por suerte en Andalucía las cubre la S.S. y aunque fueron algunas mas desagradables que otras, no fueron del todo mal. Mi marido estaba muy bien y yo aunque mis trompas eran permeables no ovulaba con normalidad y necesitaba un poco de ayuda.

Así fue llego la ayuda pero no de la forma que esperábamos, el primer y segundo tratamiento en pastillas me hizo tener efectos secundarios y no conseguía anidar el óvulo fecundado, cada vez las noticias eran peores y yo me desesperaba muchísimo pero aun no había llegado lo peor...

Cambiamos de tratamiento (pinchazos, coitos programados...) no podía ser peor jajaja, me equivocaba.
De 10 a 12 pinchazos al mes en la barriguita y coitos sin ganas dinero malgastado en test de
embarazo (ya os escribiré otro post sobre esto) para que finalmente cuando llegaba la regla y la hora de la revisión dijeran "oh, tienes un quiste que no ha permitido que te quedes embarazada, bueno, la próxima vez sera..." seguido de un descanso con anticonceptivos para que desaparecieran los dichosos quistes. Cuando estos desaparecieron tampoco tuvimos suerte, yo pensaba que tendríamos que pasar por una in-vitro y que además tendríamos que acabar pagando para conseguirlo.

Yo pensaba que eso era lo peor que nos podía pasar y a veces somos tan ingenuos que priorizamos cosas que no son importantes y no vemos la importancia de otras que tenemos delante.
En todo este tiempo mi marido se encontraba especialmente cansado "siempre", tonta de mi llegue a pensar que ya no me quería, hasta que de repente un día cayó enfermo y después de un mes de larga espera, médicos varios, pastillas y pastillas finalmente lo ingresaron en el hospital.

Después de diez largos y penosos días de duras pruebas diagnosticas y silencio, porque nadie nos concretaba nada llego el diagnostico, mi marido tenia una enfermedad que no tiene cura y que aunque tiene un tratamiento y vivirá muchos años no sabíamos a ciencia cierta como podría evolucionar y eso nos daba mucho miedo.

En fin podéis creerlo, la vida nos había dado una buena patada y nos había quitado las ganas de todo....
Yo ya no quería seguir intentándolo pero mi marido insistió, él ya estaba un poco mejor pero había llegado agosto y este mes no me vería el ginecólogo, aun así lo intentamos y bueno pues "llego la feliz noticia" sin creerlo, después de tanto tiempo y sin tratamientos por fin había llegado...

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